Un grupo de 15 mujeres sobrevivientes de la violencia colombiana, participó en el segundo semestre de 2009, del programa “Somos sociedad, somos sobrevivientes”, desarrollado por la Defensoría del Pueblo en Santander, a través de su psicóloga Ibeth Tatiana Claro Coronel.
“En la primera sesión se le pidió a las mujeres víctimas del conflicto que escogieran los temas que querían trabajar y de allí surgieron los 6 encuentros que se desarrollaron, como una forma de atención psicológica a esta población vulnerable”, señaló el Defensor del Pueblo en Santander, Dilmar Ortiz Joya.
Según la psicóloga Ibeth Tatiana, estas mujeres comprendieron que cada uno es responsable de su propia recuperación y que una forma de hacerlo es acceder a los servicios sociales institucionales que les ayudan a fortalecer sus capacidades personales con miras a enfrentar de mejor manera los retos de la vida.
“El impacto del programa se dio en los campos interpersonal y familiar, porque a través de las temáticas reflexivas asumieron convertirse en gestoras de convivencia al interior de sus familias, llevando como lema -la paz comienza en casa-”, afirmó Ortiz Joya.
Las víctimas aceptaron que la carga del pasado hay que sacarla, a través de la expresión verbal, dejando campo para la construcción de una nueva vida a partir de relaciones asertivas.
En el 2010, la Defensoría del Pueblo en Santander, seguirá prestando atención psico-jurídica permanente y estableciendo los contactos para ofrecer una ruta de servicios sociales que pueda mejorar la salud mental de las víctimas del conflicto interno colombiano.
“En la primera sesión se le pidió a las mujeres víctimas del conflicto que escogieran los temas que querían trabajar y de allí surgieron los 6 encuentros que se desarrollaron, como una forma de atención psicológica a esta población vulnerable”, señaló el Defensor del Pueblo en Santander, Dilmar Ortiz Joya.
Según la psicóloga Ibeth Tatiana, estas mujeres comprendieron que cada uno es responsable de su propia recuperación y que una forma de hacerlo es acceder a los servicios sociales institucionales que les ayudan a fortalecer sus capacidades personales con miras a enfrentar de mejor manera los retos de la vida.
“El impacto del programa se dio en los campos interpersonal y familiar, porque a través de las temáticas reflexivas asumieron convertirse en gestoras de convivencia al interior de sus familias, llevando como lema -la paz comienza en casa-”, afirmó Ortiz Joya.
Las víctimas aceptaron que la carga del pasado hay que sacarla, a través de la expresión verbal, dejando campo para la construcción de una nueva vida a partir de relaciones asertivas.
En el 2010, la Defensoría del Pueblo en Santander, seguirá prestando atención psico-jurídica permanente y estableciendo los contactos para ofrecer una ruta de servicios sociales que pueda mejorar la salud mental de las víctimas del conflicto interno colombiano.
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